Tratamientos fitosanitarios para evitar caída de ramas

Por naturaleza, un árbol con alguna patología es más endeble. Si el vigor general es menor, el riesgo de caída de ramas ante fuertes vientos, es mayor.

Además, algunas enfermedades o plagas pueden favorecer especialmente el desprendimiento de ramas.

Otra causa común de desprendimiento de ramas está ocasionada por el hongo de la madera, que crece generalmente tras practicar en el árbol una poda demasiado agresiva. Este hongo penetra por heridas y generan pudrición, minando la resistencia al viento de las ramas cercanas. Y de todo el árbol.

Existen otros tipos de hongos xilófagos (que se alimentan de madera) que pueden infectar un árbol y generar pudrición. A modo preventivo, es imprescindible evitar lastimar la corteza del árbol, ya que los hongos no pueden penetrarla. Y también es necesario realizar las podas adecuadamente, en la época que corresponda y con las medidas oportunas para evitar infecciones.

Un sistema radicular potente para evitar la caída del árbol

Además de extraer nutrientes del suelo, las raíces sujetan al árbol. Si el sistema radicular de un árbol no se ha desarrollado adecuadamente, en caso de fuertes vientos el ejemplar tiene un recurso menos para resistir sus embestidas.

En entornos urbanos es común lastimar las raíces de los árboles cuando se realizan obras. Ya sean reformas en viviendas particulares o en la vía pública. También es habitual compactar los terrenos para el asentamiento de estructuras y edificaciones, dificultando el desarrollo radicular de los árboles existentes o de nueva plantación.

Estas cuestiones, si bien no impiden el crecimiento del árbol, sí que propician un desarrollo radicular que no penetra suficientemente en profundidad, restando al ejemplar resistencia ante el viento.

Una plantación inadecuada puede causar la caída del árbol por fuertes vientos

A la hora de realizar una plantación se debe tener en cuenta tanto el crecimiento aéreo del árbol como su crecimiento radicular. Ambos forman parte de un todo. Y si ambos crecimientos no están compensados (sobre todo en lo que respecta a unas raíces insuficientes y una copa desproporcionada), la resistencia del árbol ante el viento se verá comprometida.

En este sentido, antes de plantar debemos saber si las raíces se encontrarán con alguna capa dura que impida su paso. En jardines particulares y entornos urbanos es común que una capa de hormigón o asfalto de actuaciones anteriores impida el crecimiento vertical de las raíces.

En el caso de los pinos esto es especialmente importante, dado que su sistema radicular crece a partir de una raíz pivotante que penetra a gran profundidad, anclándolo al suelo.

Otra cuestión relacionada con la plantación y que puede ocasionar caída del árbol hace referencia al cuello del árbol. Es la zona en que termina el tronco y empiezan las raíces. Si el cuello del árbol queda dentro de la tierra, puede llegar a pudrirse por la acción conjunta de la humedad, que reblandece la corteza, y los hongos, que tienen más facilidad en penetrar. Además, como esta pudrición sucede en la base del árbol, un fuerte vendaval puede tronchar el árbol casi a ras de suelo, provocando la caída del ejemplar en toda su altura.

Cómo evitar el riesgo de caída de ramas

Como hemos explicado, los factores de riesgo para la caída de ramas de árboles o incluso para que un árbol entero sea abatido son diversos. Pero el único que no podemos controlar es el viento.

Por desgracia, cada vez son más frecuentes los temporales de viento. Sobre todo en otoño y primavera. Por eso es necesario tomar medidas preventivas para minimizar la caída de ramas. Y evitar así daños personales o materiales.